Dentro de las actividades programadas para el tercer trimestre, el pasado día 6 de abril 53 socios y amigos de Ben Baso realizamos la visita a Gerena y Aznalcóllar con la finalidad de conocer el patrimonio histórico y natural de estas dos localidades sevillanas situadas a una media hora de distancia de la capital.
La motivación para programar dicha visita surgió a raíz de la implicación de nuestra Asociación en la defensa de la pavimentación de las calles del centro histórico de Sevilla con adoquines de las canteras Gerena, apoyando la iniciativa de Javier Queraltó, arquitecto y defensor de la recuperación y reposición de éste material en lugar de su sustitución por el de Quintana de la Serena, como se estaba haciendo por parte de la empresa EMASESA con el beneplácito de la Gerencia de Urbanismo.
Además de la visita a las Canteras, aprovechamos para conocer algunos elementos del patrimonio histórico de gran interés en la zona. Nuestra visita comenzó en el cortijo El Esparragal, donde nos esperaba Jacinto Pereira, gran conocedor de su pueblo y autor del libro “Memorial de Gerena” que nos acompañaría durante toda la jornada actuando como guía-interprete de un patrimonio que nos sorprendería gratamente. Tras una breve parada para conocer el complejo turístico, nos dirigirnos hasta las vaquerizas donde el autobús nos dejó, y tras un agradable paseo por la finca – que actualmente es una explotación agrícola y ganadera de 3.000 hectáreas que fue adquirido por el marqués de Casa Oriol en 1967 -, llegamos a “El Castrejón”, un balcón natural donde se encuentran los restos de unas pequeñas termas romana; también se encuentran albercas y pozos que datan de cuando la zona fue propiedad de la orden jerónima de San Isidoro del Campo.
A continuación nos dirigimos a Aznalcóllar donde nos esperaba Juan Antonio Figueras, presidente de la Asociación ADECUNA para la Defensa de la Cultura y la Naturaleza de Aznalcóllar, con quien nos dirigimos a “la Zawiya”, actual capilla del cementerio de San Sebastián. De planta cuadrada, cubierta por bóveda ochavada, fue la capilla mayor de una antigua iglesia mudéjar, destruida cuando se levantó la actual parroquia de Ntra. Sra. de la Consolación en el siglo XVIII. Exteriormente, la Capilla muestra saeteras verticales enmarcadas por ventanas ciegas de herradura y lobuladas. Según el doctor Enrique Pareja López, había sido un oratorio-morabito ocupado por santones (en árabe Waliya o sahid) de la etapa almorávides o almohad, la única que se conserva en Andalucía. Desde el el cerro del Castillo, cuyo origen se remonta al Bronce Final-orientalizante y donde se asentó la fortaleza del castillejo (Hisn-al-Culiy´at) expresión de la que deriva el nombre actual de la población, Juan Antonio nos explicó la importancia que debió de tener en la antigüedad debido a su situación geografía, situada en medio de una red de caminos y por el valor de su minería explotada desde la antigüedad. El profesor Francisco Gómez, que nos acompañó en esta actividad, hizo una exposición muy didáctica de la morfología de la sierra, exponiendo con mapas y fragmentos de roca como los plegamientos y sedimentaciones habían dado lugar a una franja minera tan rica en cobre y otros minerales. Observamos que el río Agrio serpenteando la colina, nos comentó que no fue afectado cuando el 25 de abril de 1998 se produjo la rotura de la Balsa minera propiedad de la empresa sueca Boliden y que ocasionó vertidos de lodos tóxicos sobre el río Guadiamar produciendo un desastre ecológico en parte del Parque nacional de Doñana.
La lluvia nos sorprendió en nuestra bajada hasta la parada donde esperaba el autobús que nos llevaría a Gerena. Tras el almuerzo nos dirigimos la Fuente de los Caños, restos de unas termas romanas y, desde el autobús, observamos la curiosa formación pétrea que llaman la “Cueva de Periquillo el de los palotes”. A continuación fuimos a visitar los restos de la Basílica paleocristiana que se localizó a finales de siglo XX en el huerto de Nicomedes. Se distingue sus tres naves y un curioso baptisterio que se albergaba en un ábside plano con una orientación este-oeste. Aunque la construcción se realiza en el siglo V, el templo se amplía en el siglo VI cuando se realiza la pila bautismal en superficie que ha quedado encajada en la primitiva pila cruciforme. Cerca de allí se ha constatado también una necrópolis de época visigoda.
Dando un paseo, nos dirigimos a la zona de las Canteras y visitamos el Museo del cantero donde observamos una musealización con piezas, fotos y algunas herramientas que ponen en valor esta actividad, hoy en abandono. En el exterior se encuentra la zona de las Canteras, con un paseo trazado que no pudimos recorrer por falta de tiempo. Desde el mirador, Francisco Moreno comentó al grupo las características de la roca de granito y pudimos apreciar la gama de colores rosados, anaranjados y plateados tan característicos de los adoquines del pavimento de las calles de nuestra ciudad.
Con un poco de premura, dimos por terminada nuestra visita y volvimos al autobús. Por los comentarios de todos, fue una jornada plena de elementos patrimoniales muy diversos y, para muchos, desconocidos. Como siempre, todo se desarrolló en un ambiente cordial y ameno.
